La composición de los días de invierno (menos luz solar y temperaturas más frías) puede desmotivar a algunos. La práctica del yoga, sin embargo, no depende del tiempo o el clima.
Una práctica constante, moviendo el cuerpo intencionalmente, genera felicidad en el cerebro, lubrica las articulaciones y fortalece los músculos. Aquí hay algunas minisecuencias de posturas de yoga que pueden aumentar su energía, mental y físicamente.