Yoga, curación y recuperación

A través del yoga, todos tenemos el poder de sanar y recuperar nuestra verdadera autenticidad.

Cuando entré por primera vez en recuperación, estaba en medio de un divorcio doloroso y aterrorizada por mi futuro desconocido. La adición del yoga a mi trabajo en recuperación se convirtió en mi refugio y fortaleza mientras caminaba a través de la profunda incertidumbre de empezar de nuevo. Con la sencillez de sintonizarme con mi respiración y el movimiento de mi cuerpo, eliminé capas de resistencia, encontré claridad y acepté la realidad de mi vida. El yoga me dio el regalo del coraje, la fuerza y ​​la esperanza.

La adicción crea caos en la mente y el cuerpo. Incluso cuando el ciclo de la adicción se detiene, el caos no desaparece mágicamente. La práctica de la meditación y el yoga evoca la observación de la mente agitada, la entrega a lo que no se puede controlar y la navegación por la "línea media" en lugar de picos y valles dramáticos. Todavía hay decepciones, pero podemos aprender a aceptar la vida en los términos de la vida, superar nuestros bloqueos y amar cuán hermoso y único es nuestro camino.

Una vez que dejamos de aferrarnos a viejos patrones de pensamiento y creencias y liberamos las emociones almacenadas en el cuerpo, encontramos la libertad. La recuperación y el yoga se combinan para crear una poderosa práctica de indagación, aceptación y sanación en todos los aspectos de nuestro ser. El yoga aclara física y energéticamente “los problemas en los tejidos”. Nuestra experiencia de vida no solo se convierte en parte de nuestra memoria en la mente, sino que también se convierte en una memoria en nuestro físico. Con concentración y respiración, se puede acceder a las áreas que están bloqueadas, se encuentra la paciencia en medio de la tormenta y se crea una sensación de espacio, liberación y calma.

En contraste con la adicción activa, el yoga invita a practicar la no reactividad permaneciendo en la postura, resistiendo el impulso de escapar. Los pensamientos y las emociones brotan, lo cual es una oportunidad para observar, indagar y soltar lo pesado, pasando de adormecernos a permitirnos sentir. Si podemos atravesar la oscuridad de nuestro escudo protector que nos impulsa al aislamiento de la adicción, seamos vulnerables y nos abramos para dejar entrar la luz, comenzaremos el proceso de curación. Cambiamos nuestra relación con el miedo cuando nos damos cuenta de que “esto también pasará”. Cada vez que volvemos a nuestro tapete, podemos abrirnos, dejar que la vida fluya a través de nosotros y crear un espacio para que entre la gracia. Este es el momento de nuestra recuperación en el que pasamos del miedo al amor. Combinar yoga y recuperación nos abre a una nueva y poderosa forma de vivir la vida con alegría y serenidad. Ya no nos mantenemos sobrios basados ​​en el miedo al pasado. Nos mantenemos sobrios por amor a la vida.

Por Julie Bertagna ; Todos los derechos reservados @2017